Cap 9: La Muerte de Marulanda

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Muerte de MANUEL MARULANDA

Adiós, viejo! .............................................................................................

Crisis y competencia desleal en las alturas ................................................

El Ché y Manuel Marulanda .....................................................................

Plan Colombia, Marulanda y política de paz de las FARC-EP ....................


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Adiós, viejo!


domingo, 25 de mayo de 2008


El fenómeno de la vida de Manuel Marulanda ha llegado a su final. Una vida signada por el mito y la leyenda. Manuel Marulanda es el hombre más importante de la historia colombiana desde la segunda mitad del siglo 20 hasta este siglo 21.


Por Allende La Paz , ANNCOL


ImageEl fenómeno de la vida de Manuel Marulanda ha llegado a su final. Una vida signada por el mito y la leyenda. Pero los revolucionarios también somos de carne y hueso y como tales nuestra vida es igual al dialéctico discurrir de todo ser viviente. Nacer, crecer, reproducirnos, morir. Pero en todos esos fenómenos, vivir la vida.


Pero hay hombres que viven la vida a pesar de la muerte. Esos hombres han hecho la diferencia en la humanidad y han hecho que ésta dé saltos hacia delante. Esos hombres son revolucionarios, duélale a quien le duela, árdale a quién le arda!


Galileo Galilei, es un ejemplo. Marx otro genial revolucionario. Lenin otro más. Simón Bolívar. José Martí. Ernesto ‘Ché’ Guevara, el ideario revolucionario guerrillero. Y cada hombre o mujer revolucionarios han sido denigrados, atacados, vilipendiados, y algunos asesinados, por los detentadores del statu quo. Todos han tenido que enfrentar las más viles acciones de los ‘poderosos’ del mundo y de sus propios países. Porque ellos pretenden parar el caminar hacia delante de la humanidad.


Manuel Marulanda entra ya a ese selecto grupo de hombres. Un hombre que como revolucionario era de una humildad que aterraba. Nunca se le vio denigrando de nadie. Ni siquiera de sus contradictores, los militares y los oligarcas colombianos. Tampoco de los gobiernos de Estados Unidos, que él sabía en últimas eran los que trazaban los planes de guerra con que agredían –y agreden-, masacran, al pueblo colombiano.


Contrario a la estatura moral de Marulanda, veremos –ya vemos- que los asesinos del pueblo, los justificadores de sus crímenes, emborronarán cuartillas y medios, y el ciberespacio, con sus asquientas diatribas con quién siempre les respetó sus puntos de vista. Esos ‘terroristas mediáticos’ tratarán de negar lo innegable: Manuel Marulanda es el hombre más importante de la historia colombiana desde la segunda mitad del siglo 20 hasta este siglo 21.


No es por el simple conteo matemático. Manuel Marulanda como guerrillero sobrevivió a 17 presidentes colombianos y a innumerables cúpulas militares cuyo único propósito era destruirlo físicamente, porque ellos creen que las obras de los revolucionarios terminan cuando sobreviene su muerte. No. Están muy equivocados. Los revolucionarios con sus quantums, protones, electrones, y demás partículas permanecen vivos después de la muerte. Es como dice el cantautor fariano, Julián Conrado, ‘hoy estás más vivo, más vivo’ en sentida canción a Jacobo Arenas.


Y la verdad es que Manuel Marulanda triunfó sobre sus enemigos de clase. Nunca fue tocado por las balas asesinas del imperio y la oligarquía colombiana. Y no es por no haber combatido, ya que él participó en innumerables combates por la vida. Manuel Marulanda muere de muerte natural. Su corazón –que es el que sabe hasta donde llega la vida de cada ser-, le dijo: ‘viejo, hasta aquí’.


Pero Marulanda deja además una inconmensurable obra. Obra de un revolucionario. Su más importante legado es que por larga que sea la lucha, hay que encararla con dignidad y con humildad. Y de su pensamiento, de su ideario, que no tuvo ínfulas pequeñoburguesas de ‘escribirlas’, impregnó todo el accionar revolucionario de las FARC, su Ejército del Pueblo. Sus ‘muchachos’, desde Cano hasta el más humilde de los guerrilleros y milicianos, son herederos de la Dirección Colectiva que siempre utilizaba Manuel Marulanda.


En las FARC-EP no verá el enemigo de clase del pueblo colombiano fisuras de ninguna especie. No verán ‘lucha por el poder’ –como si la vemos hoy en las ‘huestes’ uribistas-, ni lucha por ser primero, segundo, tercero, o décimo, o último. Todos están imbuídos del pensamiento de Manuel Marulanda y a todos los farianos les enseñó ‘como era que la cosa era’ en la práctica, la madre de la sabiduría revolucionaria.


Sin saber la noticia de su muerte escribíamos por estos días sobre ‘los imprescindibles’. Y ahí señalábamos a Manuel Marulanda y al Secretariado Nacional de las FARC. Y esa es la más incontratable verdad. En ese artículo decíamos: “Y esos imprescindibles están día a día, de toda la vida, luchando contra un régimen corrupto y mafioso y paramilitar como el colombiano. Esos imprescindibles están encabezados por Manuel Marulanda y por los miembros del Secretariado de las FARC. Ellos se ganaron ese título de ‘imprescindibles’ por haber entregado sus vidas, 24 horas al día, minuto a minuto, segundo a segundo, a la causa del pueblo, su razón de ser”.


Parece mentira que se pueda querer a una persona sin conocerla físicamente. Para mi Manuel Marulanda era como mi segundo padre. Admiración total. Y aunque mi discurrir como revolucionario tomó rumbos diferentes a los de él y su organización, es imposible doblegar el nudo que se me forma en la garganta. Por eso le digo ante su muerte: ‘Adiós, viejo’. Quizá así le diré a mi padre biológico cuando él muera.


Paz en tu tumba! Eso es nuestro más sentido deseo. Que las águilas comedoras de carroña no alcancen tus restos mortales –ya andan buscándote para mostrarte como trofeo y para secuestrarte ya muerto como han secuestrado a Camilo Torres, Raúl Reyes, Iván Ríos, y a miles de combatientes más-, para que junto a Bolívar inicien juntos el tránsito de la construcción de la Patria Grande.

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Crisis y competencia desleal en las alturas


domingo, 25 de mayo de 2008


Si algo ha evidenciado la noticia de la supuesta muerte de Manuel Marulanda es que el Estado es incapaz de confirmar la muerte del Comandante en Jefe de las FARC. Y que J. M. Santos está haciendo campaña electoral.


Por Allende La Paz


Si algo ha evidenciado la noticia de la supuesta muerte de Manuel Marulanda es que el Estado es incapaz de confirmar la muerte del Comandante en Jefe de las FARC. Por esa razón el ministro de guerra, J. M. Santos, en plena campaña electoral, ‘tiró la piedra y escondió la mano’.


Por un lado, porque los militares y el régimen narco-paramilitar necesitan una noticia de impacto que haga dirigir las miradas hacia otro lado que no sean la narco-para-política y la ‘Yidis-política’ uribista, que los tiene con ‘la soga en el cuello’. Por eso ha tratado de inventar la ‘farc-política’, en una frenética ‘cacería de brujas’ y macartismo –al estilo de los USAmericanos-, pero la cosa no les ‘ha cuajado’, no les ha pegado. Es tan anodina la argumentación de la fiscalía que la broma del año es: ‘¿Ya saliste en el computador de Raúl Reyes?’.


Dos, porque los militares quisieran –y quieren- que Marulanda caiga en ‘la trampa del bobo’ –que no lo va hacer- y diga ‘aquí estoy, vivo’, y les resuelva la crisis de incertidumbre que tienen. Para poder decir: no importa cómo murió, pero ‘necesitamos’ saber que ya murió!, y así sus almas envenenadas de odio puedan descansar.


Tres, porque las FARC –de ser cierta la noticia, y ellas aún no han dicho nada-, en esas circunstancias actúan serenamente haciendo primero, lo primero. Y cuando un combatiente muere, lo primero es su entierro con todos los honores militares, y después viene lo segundo. Y lo segundo podría ser informar sobre el hecho si el colectivo considera necesario decirlo, es decir, habría que arreglar ‘las cargas’, un montón de cosas, y eso se lleva su tiempo, y, al tiempo, seguir enfrentando los planes militares de los gringos y la oligarquía –que esos sí andan sin desmayo tratando de ‘cazarlos’-.


Y sabido es que los tiempos de las FARC no son los tiempos del reloj del citadino. Sus tiempos son exasperantes para los militares y el régimen narco-paramilitar. ‘Sobre la marcha’, dicen que dicen. Casos hay muchísimos de ‘políticos’ oligárquicos que han pretendido imprimirles a las FARC sus tiempos y se han estrellado.


Pero lo que si se ha demostrado, además, es que Juan Manuel Santos está en plena campaña por la presidencia. Ya la Revista Cambio ‘abrió fuegos’ en el juego de alabanzas y ‘logros’ de J.M. El Tiempo todos los días saca alabanzas a uno de sus dueños. Había entonces que dar la ‘chiva’ de la supuesta muerte de Marulanda –aún las FARC no confirman ni niegan, y lo harán en su momento preciso-, pasando por encima del presidente. Porque la verdad es que una ‘noticia de esa envergadura’ debió darla fue el presidente y no el ministrito de guerra. Pero J. M. Santos, con todo lo ladino que es, pensó ganarle la ‘línea de partida’ a los ‘otros’ candidatos uribistas –Noemí, VargasLleras, ‘Uribito’, Sergio Fajardo, etc-, y llegar ganancioso a la ‘línea de llegada’, por encima inclusive de la propia preferencia del presidente.


Y entonces por cuenta de la supuesta muerte de Manuel Marulanda, se ha evidenciado que hay ‘dos presidentes’. Álvaro Uribhitler y Juan Manuel Santos. Dos demonios distintos y un régimen narco-paramilitar verdadero. Pero J. M. Santos no ha contado con que su ‘aparato’ –el ‘partido de la U’- está inmerso hasta los tuétanos en la narco-para-política y ‘Yidis-política’ uribista y el régimen en su caída se llevará por delante a todo aquel que quiera jugarle una mala pasada.


Y cuando todo pase, veremos a través de la maraña de mentiras, desinformaciones, terrorismo mediático, un régimen desmoronándose, ‘chapotando’ en su propio estercolero, pero que aún sueña con ver muerto a Manuel Marulanda, sin saber que Marulanda es un mito y una leyenda, y como tal vive hoy y vivirá eternamente en la memoria del pueblo colombiano.

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El Ché y Manuel Marulanda


jueves, 19 de junio de 2008




Dos figuras. Dos revolucionarios. Dos guerrilleros. Dos hombres nuevos.


Por Allende La Paz, ANNCOL


ImageEscribir sobre los grandes hombres (como especie) es quizá una de las tareas más difíciles para un aprendiz de escritor como yo. Aquí estoy con la imagen vívida de esos inconmensurables revolucionarios que fueron el Ché y Manuel Marulanda, sentado frente a mi computador sin atinar a escribir el primer párrafo. Qué escribir sobre el Ché que no esté escrito ya. Qué escribir sobre Marulanda que no sea la etérea figura que nos señalan los medios oligárquicos colombianos. Qué decir de dos revolucionarios auténticos…


Evidentemente que ambos como revolucionarios estaban motivados por las más elevadas pulsiones y por su conciencia revolucionaria. Pero por sobre todo, por su infinito amor por el pueblo o por qué no decirlo, por sus pueblos. Todos. Todos los pueblos del mundo, pero especialmente los latinoamericanos. Por ese amor que los llevaba a la internalización de que la satisfacción de sus necesidades pasaba por la satisfacción de las necesidades del colectivo, muestra del más profundo desprendimiento revolucionario.


Cualidades estas que demuestran que el Ché y Marulanda habían traspasado la dimensión de la creación del hombre nuevo. Ya ellos eran hombres nuevos, que no necesitaban transformarse, sino contribuir a que los demás combatientes se convirtieran en los hombres nuevos, los revolucionarios que requería –y requiere- la lucha contra el imperialismo e indispensable para lograr la unidad de los pueblos. Es además la conciencia la que les muestra que es el imperialismo el enemigo de todos los pueblos del mundo y contra ese imperialismo hay que adelantar la lucha según la forma de lucha que permitan, incluso la más sacrificada pero también la más valorada por los revolucionarios, que es la única que en últimas deja el imperio.


Guerrilleros uno y otro, nunca abrigaron siquiera la posibilidad de renunciar al destino que les estaba señalado. Sólo la muerte truncaría sus pasos. El Ché moriría el 9 de octubre de 1967 asesinado por orden del imperialismo enemigo de los pueblos; Marulanda en cambio murió de muerte natural en medio del más salvaje operativo de exterminio planificado por ese mismo imperialismo, el Plan Colombia (Patriota). A uno los pueblos del mundo le conmemoran sus 80 años de nacimiento. El otro acaba de morir cercano a los 80 años. A uno y otro los odian a muerte el imperialismo estadounidense y las oligarquías cipayas. Uno y otro deben sentirse más que satisfechos porque ese odio es muestra y reflejo de su lucha inclaudicable.


Al Ché y a Marulanda les tocó adelantar sus luchas como guerrilleros por imposición del imperialismo y las oligarquías. Enguerrillerados en los Andes majestuosos. Tierra fértil para el cultivo y las ideas. Tierra que dio cobijo a sus cuerpos. Alturas que son guardianes de su fecundidad revolucionaria. Del Ché y de Marulanda. Creadores que ‘sobre la marcha’ van torneando su obra. Guerrilla. Cuerpo de combatientes que aprenden y saben su arte militar. Pero sobre todo, su arte político-militar. Arte que dará al traste con las pretensiones imperiales.


Manuel Marulanda guerrillero experto en romper cercos militares, en moverse ágilmente cuando el enemigo mantiene copada el área, porque ‘hay cercos operacionales’ pero ningún cerco es completo, según su decir. Siempre hay una salida por la cual escabullirse. Marulanda que como el Ché hicieron de la astucia su forma de ver la vida. Siempre recelosos caminaban por la Cordillera Central y por la Higuera. Manuel el maestro en la práctica: “Enseguida, pasando una mirada por sobre cada quien expresó en tono de orden perentoria: “todos, tomen sus posiciones y estén alertas hasta que claree un poco más”. Habiendo dicho esto y ubicado al personal con unos cuantos gestos y señales, Manuel Marulanda llamó a Guzmán un poco aparte para dialogar con él como en privado; Guzmán había terminado de cerrar la última correa de su equipo y acababa de colocar la carpa de marcha encima de si mismo cuando avanzó dos pasos para escuchar más de cerca al comandante, quien tenía una hora de estar sentado al pie de una mata de rucio contemplando el panorama: “parece que rompimos el cerco…”, le escuchó decir con tono de certeza. “Pero no nos confiemos”, puntualizó y continuó dándole orientaciones a Guzmán para que procediera a explorar un acceso seguro hasta la casa tomando las previsiones que ameritaba la situación difícil que hasta el día anterior habían vivido. “Vaya con la muchacha”, le dijo poniéndose de pie con el fusil en la mano agregando: “yo quedo en guardia mientras usted regresa y me dice por dónde nos podemos salir sin dar visaje”.”


Y ese campesino que vivía en esa casa respondió como responden los de su clase. Hospitalidad, cariño, convencimiento, solidaridad e identidad de clase. Todos hablan de Manuel que estaba en todas partes y en ninguna. Todos hablan del Ché que está en todos los corazones rebeldes del mundo. Todos los ven hoy caminando aquí o allá. Que es mentira que esté muerto, es una treta más del guerrillero, dicen. Pero los dos han muerto y en sus muertes les han ganado la apuesta a la parca porque ellos murieron para seguir viviendo en otra dimensión desconocida por los vivos. La dimensión del Amor Universal. La misma dimensión desde la cual nos han acompañado todos los revolucionarios muertos en el mundo. Simón Bolívar que está cabalgando su brioso caballo ‘Palomo’. Marx, Engels, Lenin. Los revolucionarios que aún hoy siguen iluminando el camino de la lucha contra el imperio, el mismo imperio de ayer que hoy es mil veces más agresivo y mejor armado.


Pero ahí están las enseñanzas del Ché y Manuel Marulanda. Esas son el mejor blindaje contra el sátrapa asesino. Esas son los mejores escudos contra el seudo-revolucionario estéril que claudica ante la primera dificultad. Esas son las enseñanzas sobre las que vuelvo una y otra vez cuando mi espíritu requiere refrescar las enseñanzas y afirmarme en las ideas. Al Ché aún lo escucho en sus discursos en la OEA. A Manuel Marulanda aún lo veo en las entrevistas en el Caguán. Y los dos se ven y se oyen realmente vivos! Hoy están más vivos!


Pero hoy me siento huérfano. De hecho lo estoy. Sin embargo vivo mi lucha interna y trato de elaborar mi duelo. Sé que como dialéctico superaré el dolor que hoy me embarga, pero no por eso dejo de sentirlo. Dos rebeldes lágrimas asoman a mis ojos cuando revivo al Ché y a Marulanda. Y recuerdo de memoria una de las frases del argentino: “En cualquier lugar que nos sorprenda la muerte, bienvenida sea, siempre que ese, nuestro grito de guerra, haya llegado hasta un oído receptivo y otra mano se tienda para empuñar nuestras armas, y otros hombres se apresten a entonar los cantos luctuosos con tableteo de ametralladoras y nuevos gritos de guerra y de victoria”.


Esa victoria que puede que esté lejos o puede que esté cerca. Nadie lo sabe. Nadie lo podrá saber nunca. Sólo sabemos que cada día, cada acción, cada lucha, nos acerca más y más a la victoria. Esa victoria que el Ché y Manuel nos enseñaron a no dejar de vislumbrar nunca, a no dejar de luchar por ella. Porque como ellos bien decían, “el deber de todo revolucionario es hacer la revolución!”

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Plan Colombia, Marulanda y política de paz de las FARC-EP


jueves, 29 de mayo de 2008





El papel de Manuel Marulanda en los diálogos de Paz. La política de paz de las FARC-EP.


Por Allende La Paz , ANNCOL


ImageLa paz tan anhelada por todos los colombianos, pareciera que se torna cada mes más lejana. Más sin embargo, hay unos tozudos que están luchando por la paz –con justicia social- todos los días de su vida. Algunos con más dedicación que otros. Entre los que le dedican las 24 horas del día, con sus minutos y segundos, a la consecución de la paz están las Fuerzas Armadas Revolucionarios de Colombia, ejército del pueblo –FARC-EP-.


Las FARC desde su nacimiento está planteando la necesidad de una salida política al conflicto social y armado que vive nuestro país por culpa de la oligarquía, quién sigue gustosa y cipayamente los dictados de los centros de poder del imperio estadounidense. En el trasegar diario de la lucha se fue dando cuerpo lo que se llama ‘la política de paz de las FARC-EP’.


Es necesario recordar que las FARC siempre ha dicho que cuando el ataque a Marquetalia: "Nosotros fuimos a todas partes donde había puertas para golpear en procura de auxilio para evitar que una cruzada anticomunista, que es una cruzada contra nuestro pueblo, nos llevara a una lucha larga y sangrienta”.


Sus voces, su reclamo, no fueron escuchados, siendo obligados los 48 campesinos de Marquetalia (Tolima) -2 mujeres entre ellos-, a alzarse en armas e ir dándose formas organizativas y aprendiendo en la práctica la guerra de guerrillas, para cumplir con su accionar transformador ‘sobre la marcha’. Decían los marquetalianos: "Nosotros somos revolucionarios que luchamos por un cambio de régimen. Queríamos y luchábamos por ese cambio usando la vía menos dolorosa para nuestro pueblo: la vía pacífica, la vía de la lucha democrática de masas. Pero esa vía nos fue cerrada violentamente con la guerra, y como somos revolucionarios, que de una u otra manera jugaremos el papel histórico que nos corresponde, obligados por las circunstancias nos tocó buscar la otra vía: la vía revolucionaria armada para la lucha por el poder”.


Y desde entonces las FARC han continuado enarbolando como una bandera la ‘política de paz’, convertida en un reclamo estratégico de los guerrilleros por el bien común de los colombianos. Este reclamo ha sido torpedeado por los mismos enemigos que siempre ha tenido la Paz en Colombia: El gobierno de Estados Unidos y la oligarquía colombiana que desde el Estado adelanta la guerra contra el pueblo colombiano, a través del Terrorismo de Estado aplicado por las fuerzas militares-narcoparamilitares oficiales.


Manuel Marulanda fue uno de los grandes impulsores de la búsqueda de la Paz a través de los diálogos con el gobierno nacional. Su figura estuvo siempre ahí en primera fila del combate político por una paz con justicia social. En los acuerdos de Cese al Fuego en Casa Verde, en los diálogos de Caracas y Tlaxcala, en el Caguán, siempre batallando incansablemente por alcanzar el preciado anhelo de los colombianos. Siempre queriendo construir otra Colombia.


Manuel Marulanda tozudamente decía en el Caguán que “la guerrilla abandonará el diálogo con el gobierno sólo si sus posiciones en la zona desmilitarizada son atacadas. Tenemos voluntad de paz y sólo nos retiraremos de la mesa de diálogo cuando caigan las primeras bombas”.


Al tiempo señalaba enfáticamente que el proceso de paz “se le volvió una papa caliente al presidente Andrés Pastrana, porque los altos mandos militares y el gobierno de Estados Unidos quieren la guerra. Ayer fue el collar-bomba (mató una hacendada en junio de 2000 y habría sido colocado por los servicios de inteligencia con ayuda paramilitar), hoy son las acusaciones contra la zona desmilitarizada, mañana será otra cosa, ya que la presión de los militares y de Washington es muy fuerte (…) Entonces, Pastrana parece distanciarse de un proyecto político democrático”.


Nacía el Plan Colombia diseñado en los centros de poder de Washington para torpedear el gran laboratorio de paz jamás realizado en Colombia. Los temas abordados por los ‘temáticos’ llegaban a todos los sectores de la sociedad colombiana, quienes realizaban largos y fatigosos viajes para asistir al diálogo franco, fraterno, respetuoso con las FARC. Negros nubarrones comenzaban a vislumbrarse contra este noble experimento, pero a pesar de todo Manuel Marulanda se veía radiante, en tanto Bill Clinton elaboraba su plan de guerra.


No era para menos. Se había producido el lanzamiento del Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia, realizado el 29 de abril de 2000 en San Vicente del Caguán. “Hicimos un acto político-cultural con participación de 40.000 personas que terminó en una tremenda rumba (baile) a la que no me dejaron ir por razones de seguridad, sin que se presentara una riña y ninguna persona saliera lesionada”, señalaba Marulanda, orgulloso del respaldo campesino. “Además, tal vez dentro de algunos años, si existen condiciones para la actividad política abierta, la guerrilla pueda realizar un acto en una ciudad grande. El reto será movilizar 100.000 personas, aunque falta aún para ello. No es momento porque ni siquiera se ha evacuado el primer punto de la agenda común que tenemos con el gobierno, que corresponde al desarrollo económico y generación de empleo", decía el Comandante guerrillero.


Marulanda es consciente de las trabas que el mismo gobierno impulsa: "Por ejemplo, en este momento está prácticamente paralizada la Mesa y no es nuestra responsabilidad; estamos a la espera de propuestas sobre el canje de prisioneros y el cese de fuego. Los representantes oficiales siempre dicen que ya va a llegar un documento con las propuestas y que lo traerá Camilo Gómez, pero hasta el momento nada ha llegado. Vamos a ver si en las próximas reuniones previstas llegan las tan anunciadas propuestas", manifiesta. Igualmente Marulanda es consciente que el gobierno no quiere adelantar ningún diálogo, ni siquiera una discusión sobre un tema sensible para los colombianos: el narco-paramilitarismo. Máxime ahora cuando ya conoce que el Plan Colombia tiene apoyo del gobierno estadounidense y comienza a manifestarse el más burdo saboteo de la cúpula militar colombiana a los diálogos del Caguán: “Me preocupa el lenguaje guerrerista de algunos. Si somos bandidos, bandoleros y secuestradores como dicen quienes nos atacan, ¿para qué dialogar con nosotros?”, decía por esos días.


El Plan Colombia es el plan de guerra que la administración estadounidense atravesó contra los diálogos del Caguán, un programa de guerra, porque impulsa una salida militar al conflicto, y el gobierno Pastrana en ningún momento estuvo interesado en pagar los costos de una paz como la planteada por las FARC como lo prevee Marulanda al decir que “En el interés del gran capital no está la democratización del país y mucho menos una apertura política y social”.


Conocedor profundo de la situación colombiana, Marulanda sabe hacia dónde conducen los diálogos en el Caguán: "Muy poco espacio le queda a la Mesa de Diálogo, porque cualquier pretensión de buscarle soluciones a los temas de la Agenda Común, choca con los propósitos guerreristas del Plan Colombia. A nadie le cabe ninguna duda que este plan es contrainsurgente y que a pocos kilómetros del Caguán está la base militar de Tres Esquinas, donde 12.000 soldados esperan acuartelados, para actuar no propiamente contra los cultivos ilícitos y el narcotráfico. El esfuerzo que hemos hecho se está perdiendo, porque una vez más la clase dominante colombiana se echa en brazos de la potencia norteamericana. Siempre los gringos han estado detrás de los obstáculos en los intentos para buscar la paz en Colombia", le diría el Comandante guerrillero a Kinto Lucas.


"En estas condiciones qué modelo alternativo puede surgir de la Mesa y qué reformas avanzadas y progresistas le darán fuerza y perspectiva a la solución política del conflicto", dice Manuel Marulanda reflejando en esta corta frase toda la política de paz.


Como lo previó el comandante guerrillero, el Plan Colombia se convirtió en el plan militar para imponer la dominación de los Estados Unidos, a través de sus otros mecanismos, Alca, TLC, Plan Puebla-Panamá, etc. A Andrés Pastrana le sucedió en la Casa de Nariño el narco-paramilitar Álvaro Uribe Vélez.


Para Manuel Marulanda la situación estaba extremadamente clara y sabía qué vendría una vez puesto en práctica el Plan Colombia. Su genialidad política-militar lo llevó a preparar a su ejército, ejército del pueblo, para largos años de lucha, de combates armados. Con celeridad comenzó la preparación de la guerrillerada y los mandos en escuelas de todo tipo: básica, de mandos medios, de mandos superiores.


Los diálogos del Caguán permitieron a Manuel Marulanda, el conductor de hombres y mujeres, presenciar muchas de las realizaciones de su genio. Laboratorio de Paz. Diálogos para solucionar el conflicto social y armado. Y por sobre todo, poder ver en toda su dimensión parte su ejército, realizando paradas militares en el Caguán. Paradas apoteósicas, que inyectaban de optimismo al pueblo que tuvo oportunidad de presenciarlos y de miedo a la oligarquía reaccionaria y timorata. Todas estas acciones sólo harían reafirmarse en sus opiniones y visiones que sobre la Nueva Colombia tenía el Comandante en jefe de las FARC-EP.


Posteriormente escribiría en uno de sus mensajes escribía: “Las FARC en sus cuarenta años de vida y recorrido histórico hasta donde se tiene conocimiento ningún gobierno liberal o conservador del bipartidismo, han buscado solución política efectiva al conflicto social y armado con otros movimientos anteriores. Todo el esquema político de los gobernantes para negociaciones ha utilizado la Constitución y las leyes como barrera sin que nada cambie para que todo siga igual y han girado alrededor de la entrega de armas, desmovilización e incorporación a la vida civil sin garantías de ninguna naturaleza y resuelto esto, ahí si a rebuscarse cada uno el sustento como puedan; no quedándole a los desmovilizados sino el camino de engrosar las filas de los desocupados en ciudades y campos, dispuestos a aguantar hambre y a soportar miseria. Estos señalamientos son parte del análisis sobre la política de paz que no fructificó para bien de todos los colombianos porque faltó voluntad política e interés de invertir dinero en la paz.


Ahora viene un nuevo experimento del Estado apoyado por todos los resentidos de diferentes matices contra la política de paz de Pastrana porque no lograron el objetivo de desmovilizar las FARC y se abre el nuevo capítulo de guerra total contra el pueblo que lucha por mejores condiciones de vida no desde ahora sino siempre de acuerdo al pasado en la historia de Colombia. Convencido el gobierno, los resentidos y guerreristas de oficina que era la única forma de acabar con la guerrilla y solucionar no solo el conflicto social y armado sino toda la problemática nacional de orden político, económico, social, cultural y ambiental mediante la contribución del Parlamento con la aprobación de las Reformas y leyes anti-democráticas que le permitieran gobernar a Uribe sin dificultados por 4 años, con aspiraciones a gobernar otros 4 años utilizando todos los recursos del Estado en sobornar e instalar en departamentos y municipios sus agentes incondicionales como paramilitares red de cooperantes, al servicio de la campaña electoral, para darle continuidad a la guerra que no existe, según sus palabras en distintos foros nacionales e internacionales” decía Marulanda en carta enviada a Álvaro Leyva Durán.


La paz quedaba aplazada una vez más por la cobardía y la avaricia de una oligarquía cipaya a los dictados del imperio estadounidense. Pero el genio guerrero sabía que los procesos son dialécticos y continuó en su brega, con una nueva bandera diseñada por él mismo, la cual acompañaría la bandera de la paz: El Intercambio o Canje de Prisioneros. En gracia del desarrollo de este punto vemos hoy día el enorme aislamiento internacional del régimen narco-paramilitar colombiano.


Los tiempos de la guerrilla son los tiempos de Manuel Marulanda, quien enseñó a sus guerrilleros a tener profundo respeto por los tiempos de la naturaleza. Todo tiene su tiempo y su momento. Y cada cosa que se haga en el día de hoy contribuirá con la causa final de los oprimidos: el triunfo de la causa revolucionaria, el triunfo de la causa del pueblo, el triunfo de la Paz.


Por eso vemos hoy que las FARC ante la muerte de su Comandante en Jefe, designó su reemplazo como si ya el camarada Manuel lo hubiera previsto y el Secretariado Nacional designó los cupos vacantes, como lo hubiera hecho en vida de Manuel, y todas las FARC han reafirmado su indeclinable voluntad de alcanzar la Paz con justicia social, y concretar el Intercambio Humanitario.


Por tales razones nadie puede llamarse a engaños. La política de paz de las FARC-EP es una política organizacional que nace de lo más profundo de su sensibilidad revolucionaria. Los revolucionarios del mundo acompañamos a las FARC en sus propósitos de conquistar la Paz en Colombia.

Modificado el lunes, 02 de junio de 2008




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